Ramón Carulla: Interview (in Spanish)


Date: 12/09/2006
Interviewed by Jorge J. E. Gracia
Filmed by Norma Gracia
Transcribed by Patricia Díaz
Edited by Jorge J. E. Gracia


La entrevista se llevó a cabo en el estudio del artista

[Gracia]: "Ramón, estamos aquí hoy para hacerte una entrevista para este portal que se llama "Cuban Art Outside Cuba", que he establecido en la Universidad de Búfalo. La idea es hablar de tu obra, de tus intereses, de tu carrera artística, del futuro y de cómo te sientes en este país y lo que estás tratando de hacer. Así que vamos a empezar. Quizá lo más interesante sería comenzar por la obra y después hablamos de cómo llegaste a ella obra y cómo te hiciste artista. Tu obra es, pudiéramos decir, única, ¿no? No se pareces a la de nadie."

[Carulla]: "Sí, sí..."

[Gracia]: "¿Se parece?"

[Carulla]: "Sí, tengo un sello personal que quizás he adquirido a través del tiempo, pero hay algo mío que tú no sabes. La obra mía, de comienzo, era abstracta. Era una obra de un textualismo formal, eran cosas cosidas, graffiti, una serie de cosas. Imagínate a Tapié, a quien yo entonces no lo conocía, pero era una obra con esa onda. Era abstracta, donde existía la textura. Yo trabajaba mucho con el papel: lo cosía, lo entrelazaba. Era una cosa muy interesante en el sentido de que yo diría que el 80% de mi obra ha sido en papel. Porque el papel que yo uso, aparte, es muy bueno porque está hecho a mano, en Francia, en los años 1800, y me deja hacer una serie de texturas muy interesantes. La gestualidad que yo tenía en ese momento la podía expresar de esa manera. Mi obra en el año 80 empezó a volverse figurativa, o sea, a esos papeles los unía, los cosía, les daba forma, los pegaba a las telas, los pegaba a otros papeles, los sobreponía, hacía collages. Siempre me han gustado mucho los collages en distintas maneras. Y entonces, mi obra se volvió figurativa, pero un figurativo muy dramático, donde yo hice una exposición en el año 80 que se llamaba, "Life Boundaries", donde había una serie de personajes que estaban todos cosidos, donde se veía el perfil de la nariz, la boca, pero casi no aparecían los ojos. Las manos nunca aparecían, el cuello era una cosa muy, muy, no tétrica, pero muy dramática. Entonces los colores eran tierras, negros, carmelitas, o sea, no había este colorido que hay ahora. Te advierto que siempre he sido una persona contenta, nunca he sido una persona triste, ni nada de eso. Es más, he tenido el problema que me decían ‘Chico, tú eres un tipo tan extrovertido y simpático, y te metes con la gente y todo. Sin embargo, ¡la obra tuya es más dramática!' Así empezó mi obra. La pintura llegó mientras yo era traductor."

[Gracia]: "Pero, ¿en Cuba tú pintabas...?"

[Carulla]: "Allí empecé a pintar. Precisamente en Cuba era yo traductor. Trabajaba en un Ministerio, antes se llamaba de Obras Públicas, después Ministerio de la Construcción. Yo era traductor de inglés, francés y español. Y en un congreso de la Unión Internacional de Arquitectos, fue donde empezó todo, porque nosotros teníamos que traducir las cosas que hablaban los arquitectos, pero no simultáneamente sino después. Entonces teníamos como 3 o 4 horas donde íbamos a un salón y traducíamos. Teníamos muchas horas, 3 y 4 horas al día, sin hacer nada. Y ahí empecé a hacer dibujitos y cositas y había veces que dejaba de hacer ciertas cosas del trabajo, por estar en ese tipo de incursión y de pintura. Las mismas amistades mías, incluyéndo a Jorge Guitart, me decían ‘Ramón, deberías vender algunas cosas, mira, está muy interesante.' Pues la primera exposición en que participé fue en el Liceum Lawn Tenis. Era un club cubano muy especial que había en el Vedado, donde hicieron una exposición de pintores noveles y yo participé con dos cuadros."

[Gracia]: "¿En qué año fue eso?"

[Carulla]: "En el año, espérame, creo que sería a principios del 63. Cuando eso, yo no tenía materiales para pintar, pintaba con cualquier cosa, desde pintura de labios. Cuando eso era soltero, muchas amistades femeninas [risas]. Pintura de labios, colorete, pintura de zapato, alquitrán, violeta valenciana. ¿Se acuerdan de la violeta valenciana que se pone para la boca? Todo eso usaba porque nada más daban los colores primarios un tubo de pintura por artista. Yo tenía que inventar. Si tú quieres te hago una anécdota muy famosa que tengo."

[Gracia]: "Sí, claro, naturalmente."

[Carulla]: "Vaya. Yo daba clases de francés con una profesora que estaba al doblar de mi casa. Era francesa, del sur de Francia. Da la casualidad que habían dos pintores: uno, Rosabal, que creo está en Nueva York, que pinta hace muchos años. Más nunca lo he vuelto a ver, que daba clases conmigo de francés. La madame nos repasaba el francés, conversación, y un día la madame dijo: ‘Me tienen que esperar porque me tocaron cuatro pollos por la libreta.' Le voy a decir a mi hija y la señora Olga que hagan café... La bodega estaba en la esquina. Entonces la madame se pintó un poquito los labios, viejita, y fue corriendo... Y regresó con cuatro pollos blancos, hermosos, que le tocaban. ¿Tú entiendes eso de la libreta?"

[Gracia]: "Sí, ¡perfectamente!"

[Carulla]: "Llegó ella, pasó con los cuatro pollos, amarrados así de las patas Nosotros nos quedamos así, sorprendidos. ‘¿Ustedes saben cómo se matan los pollos en Francia?' Y entonces yo, que soy un curioso y un entrometido y un imprudente, dije: ‘No, me gustaría verlo'. Yo no sabía a lo que me iba enfrentar. Entonces Rosabal, el otro muchacho dijo: ‘No, no madam, yo me quedo aquí con el café.' Nos fuimos al patio, la madame ya tenía el clavo puesto, parece que lo había hecho antes. En la parte del clavo colgó un pollo y puso una bandeja abajo y con un cuchillo le cortó el cuello y se desangró el pollo. Yo, en cuanto vi esa cosa roja tan linda dije: ‘Yo no tengo rojo en mi casa para pintar, tengo que hacer algo...' La verdad estaba medio asqueado, pero bueno. ‘Madame, usted me presta, me deja que yo vaya a mi casa... Voy a traer una vasija para poner esta sangre'. ‘¿Y para qué tú quieres eso?' ‘No se preocupe.' Y entonces llevo la sangre para mi casa, le eché vinagre, porque al echarle vinagre a la sangre no se coagula, se demora en coagular. Y entonces regresé a la clase y esa noche me di gusto, me salieron 2 cuadros. Abstractos, sí, con sangre de pollo. Y el primer cuadro da la casualidad que yo vendí, a un muchacho del Ministerio, era ese cuadro que pinté con sangre de pollo. Vendí ese cuadro en 75 pesos cubanos. Creo que yo ganaba ciento y pico de pesos al mes, y él me lo pagó en tres o cuatro plazos a 25 pesos. Vaya, magnifico."


[Gracia]: "Te fue muy bien."

[Carulla]: "El final de este cuento es que un día me encuentro al muchacho, como 7 u 8 meses después en la guagua, llena de gente como es en Cuba. Y me acerqué a él. ‘Qué tal Ramón, ¿cómo estás? Ay, a propósito, Carulla, chico. Te quería contar algo del cuadro ese que te compré, ¿te acuerdas? Hacía como unos meses atrás.' Me dice ‘Chico, mi padre me dijo que ha pasado una cosa de lo más rara.' ‘Pero ¿qué te pasa, se rompió o algo? Yo erizado porque ya los 75 los había gastado. Si el hombre me pide el dinero... ‘No chico, yo encuentro... Mi padre me hizo la observación y yo lo acepto, que el cuadro se ha vuelto más oscuro."

[Gracia]: "Claro, la coagulación."

[Carulla]: "Espérate... y entonces es mejor, aunque yo digo muchas mentiritas piadosas, esta vez, se lo dije: ‘Si tú quieres te devuelvo el dinero. Te lo tengo que dar poco a poco porque ya me lo gasté.' ‘No, no.' ‘Pero si tú quieres, te digo lo que ha pasado. ‘Bueno, cuéntame, ¿tú crees que llegue a ser negro y yo no lo pueda ver?' ‘No, no, no.' Yo me imaginaba, pero no estaba seguro. Después, esa noche llamé a mi padre. Me dijo que estaba loco. ‘Mira, pasó esto.' El hombre por poco vomita. Le dio como una asqueada, pero parece que se le pasó. Y varias personas que estaban oyendo eso me miraban. Te hago este cuento para que veas los límites a los que yo llegaba. Porque tengo, y sigo teniendo, una necesidad imperiosa de expresarme. El conducto para expresarme es la pintura, entre otras cosas. Puedo hablar con alguien, ver una película, me encanta el cine, el jazz, etcétera. Pero siento como una necesitad interior de expresarme, que tengo que pintar, tengo que dibujar. Lo tengo que hacer. No es que esté pintando para ganarme la vida solamente o para ser famoso. Para mí, es una necesidad imperiosa de expresarme, siempre la he tenido, nunca me he quedado sin ella. La sigo teniendo. Fue mi cumpleaños, no quiero decir lo que cumplí, si sacas la cuenta es muy fácil. ¿Sabes que cumplí hace dos días? Fue mi cumpleaños el día 7, hoy es 9. Y no ha parado de eso. La búsqueda mía de expresarme, de plasmar ideas, personajes y gente que he visto a través de mis viajes, no ha parado. Y no me he dejado mitigar por nada, ni por Fidel, ni por Bush, ni por nada. Las presiones políticas no tienen nada que ver conmigo, porque lo mío es más bien desde el punto de vista filosófico, en el sentido de la búsqueda del ser humano, de uno mismo, dentro de uno mismo buscarse. Encuentro que el hombre, de una manera, está encerrado en una jaula dentro de él y trata de encontrarse uno mismo... Creo que la vida es un recorrido para tratar de expresar y sacar todas las cosas que quieres decir, todas esas cosas de tus recuerdos, de tu memoria, todas las cosas que tú has vivido. Mi obra, a través del tiempo, me he dado cuenta, tiene que ver con cosas vividas por me. No sueños, porque no tengo la suerte de Teresa, que se acuerda de los sueños que ha tenido y te los cuenta completamente. A mi se me olvidan. Pero sí los recuerdos de la niñez, de cosas que he pasado. Por ejemplo, el paraguas, es una cosa importante, porque siempre me acuerdo de mi mamá y mi abuelita, que siempre me regalaban un paraguas porque ‘si llueve debes tener un paraguas.' Tiene que ver esa serie que tú viste de paraguas. La serie que no conoces, del sofá. Donde yo llevaba mis hijos al médico, nos sentábamos 3 y 4 horas oyendo todas las descargas de toda la gente. Y cuando tú entras al médico [hace la seña de limpiarse las manos] te despacha, pero tú has estado allí dos horas y media. De allí salió una serie, ‘The Sofa Series'. Siempre he trabajado por series."

[Gracia]: "Y en esa serie de los sofás, eran sofás en diferentes lugares? Por ejemplo, en el médico, en qué se yo."

[Carulla]: "Sí, pero no se veía el médico. Eran personajes sentados en un sofá. Podían ser un hombre y una mujer, o un caballero, no un niño. Nunca puse un niño ni nada. Pero lo que te quiero decir es que siempre he trabajado en series. En recuerdos, en momentos de mi vida que han significado algo para mí. Por ejemplo, el collage ese que tú ves ahí, ése de allí abajo, es un ejemplo. Ese con el sombrero. Ahí hay una serie de cosas utilizadas que significaron algo para mí en algún momento, cosas que he recolectado a través del viaje, un restaurante en que he comido con alguien, mi familia. ¿Tú me entiendes? Las he utilizado. Para mí la pintura es una necesidad, yo diría como la misma necesidad que yo tengo de dormir, de comer, de ir al baño, etcétera. Para mí la pintura es así."

[Gracia]: "Y eso empezó... ¿cuándo?"

[Carulla]: "Siempre. Desde el principio, porque inclusive hice algo que no debería haber hecho, vaya, yo no soy supersticioso, pero llegué al extremo, en el 64, de fingir un ataque apendicular para que me dijeran en el Ministerio ‘No, no, vete, cógete el resto del día, ven mañana que te sientas mejor.'"

[Gracia]: "Porque tenías que pintar."

[Carulla]: "Porque había hecho una cosa la noche anterior y no quería que se me secara. Y fui corriendo, bueno corriendo no, porque no tenía máquina, pero a esperar la guagua. Pero bueno, ahí tenía un adelanto. Pero después tenía que estar soportando, ‘Chico, ¿porque tú no vas al médico a verlo? Te va a dar una peritonitis'. Inventaba cosas, era durante el régimen de Castro. Yo era una persona que me ponía a leer periódico, pero el ‘Hoy' era un periódico comunista, lo tiraba a la basura. Y nunca fui a cortar caña. Yo le decía al tipo de mi oficina ‘¡Cómo voy a cortar caña! No porque pinte y me guste la cultura y eso. No sé cortar caña. Sería contradictorio que ustedes me pidan ir porque echaría a perder la caña. La caña hay que saberla cortar.' Lo cual es verdad, tú puedes ser campesino, pero tienes que saber, si no la echas a perder. ‘No sé cortar caña y en un domingo que ustedes me digan "Vamos a cortar caña" no se aprende. Así que les estoy haciendo una ayuda a ustedes. Si tú quieres yo me quedo en el ministerio todo el día trabajando.' "

[Gracia]: "Pero eso no te lo aceptaban."

[Carulla]: "Bueno, nunca fui a cortar caña. No sé si le vieron lógica a eso que les dije, lo cual es verdad. ‘Yo me quedo aquí en el Ministerio me dan la llave de la oficina y me paso el día entero traduciendo, adelantando el trabajo. Y toda esa gente que ustedes se llevan, ya verán como se echa a perder la caña y se va a formar un bonche, y fulanito se va a meter atrás del matorral con la muchachita, y alguien va a llevar un poquito de ron en la bolsa.' Y efectivamente, se formó un relajo que el lunes cuando regresaban a trabajar, uno quemado del sol, otro tenía una cortada aquí, otro diciendo: ‘Óyeme el domingo que fuimos a cortar caña, con fulanita, tú sabes.'"

[Gracia]: "Sí claro, el relajo."

[Carulla]: "Y siempre me escapé de eso. No tuve que ir a trabajo voluntario en mi vida."

[Gracia]: "Y ¿cuándo empezaste a pintar? O a hacer lo que hacías."

[Carulla]: "Yo diría... en el 63. En la primera exposición que participé fue esa de pintores noveles en el 64. Realmente mi primera exposición de pintura fue aquí en Bacardí, en Miami, en agosto de 1967. Fue una exposición fantástica, puesto que de las 24 cosas que expuse, se vendieron 22 la primera semana. Y las otras se vendieron después. Una persona compró como cuatro cuadros. Claro el precio era bajo, pero me vino muy bien. Llegué aquí en el 65 con una mano adelante y otra atrás. Y entonces esa gente de Bacardí no cogían comisión. Hicieron las invitaciones, el coctel fue maravilloso, comida, tú sabes, no quesitos solamente. Era comida y todo tipo de ron para tomar y todas esas cosas. Y después en el 87 se hizo una exposición allí mismo que se llamaba ‘Carulla 20 años después', donde los cuadros se los pidieron a los coleccionistas, que fue fantástico porque iban a la casa del coleccionista, recogían el cuadro, les firmaban un papel diciendo que ellos se hacían responsables y les regalaban un saco de este tamaño, negro, con tres botellas de Bacardí: de Añejo, de Cartablanca y una botella gordita, así chiquita, que tenía su propia caja, del Bacardí más caro que se hacía en ese momento. Costaba como 30 dólares, es un Bacardí de 18 años que se toma como si fuera un cognac y todo el mundo recibía eso y después, cuando se acabo la exposición, que duro casi mes y medio, le devolvían las obras porque eran todas de los coleccionistas."

[Gracia]: " Pero en el 64, digamos, ya en Cuba estabas pintando, pero ¿cuando fuiste a la escuela?"

[Carulla]: "Yo soy autodidacta. Mi padre pensó que yo debería ir a San Alejandro. Me dijo ‘No, yo te pago la matricula.'"

[Gracia]: "Después del bachillerato."

[Carulla]: "No, no, eso fue en el 63, cuando vio que me gustaba pintar. A veces yo iba al cine tres veces a la semana, ya llegó un momento que iba una vez a la semana, porque el resto lo pasaba pintando. Estaba metido en la pintura, pero pintaba para mí mismo, porque la mitad había veces que lo regalaba. Después de lo que pase con la sangre esa, pues a varias personas les regalé cuadros. Entonces mi padre me dio los 30 pesos para matricularme en San Alejandro. Primer día de clases. Me siento, habían veintipico de personas allí, gente joven. El tipo se identifica, ni me acuerdo el nombre del profesor, y empieza a hablar de Lenin y Stalin, una perorata política. Y entonces yo levanté la mano y no me acknowledged al principio. Y yo insistí. ‘Dígame, es muy pronto para... ¿hay algún problema?' ‘Sí, sí, anoche me... me cayó mal la comida, ¿usted me permite ir al baño? Vengo enseguida y le advierto que es...' [hace el número dos con los dedos] –me acordé de cuando era niñito en el colegio, hacía el número dos. Era mentira. ‘OK, vaya, vaya compañero.' Todavía me están esperando... Recogí los 30 pesos. Después mi papá se puso bravo conmigo, eran 30 pesos nada más, pero de todas maneras más nunca fui allí. Pensé que mi lugar no estaba en una clase de 55 minutos, en que ya llevaban 20 hablando de Lenin y de Stalin, sin tocar el arte. Eso se lo conté a él. Dijo: ‘¡Pero cómo! Tú debiste darle un chance, la siguiente clase.' Le dije ‘No, no.' Yo soy autodidacta, completamente autodidacta. Todas las cosas que has visto, que ves– y esto es lo interesante de cómo ha sido la evolución de mi pintura– ha sido trial and error. O sea, de ensayar una cosa, y si no da resultado la destruyo o reconstruyo sobre eso. De tratar por medio del invento, de crear algo, de usar un material que nunca había usado, todo eso... Llegar a tener un sello que creo que tiene la pintura mía personal en mi obra y eso ha sido importante. Lo interesante es que nunca me he puesto a analizar– es una lástima que no sea filósofo como tú– el porqué mi obra ha dado esta vuelta. Nunca concebí que pudiera hacer un cuadro donde el rojo pudiera ser el fondo. Ahí lo tienes tú, nunca en mi vida. Cómo la pintura, la evolución de la mente o de los tiempos o de la edad, donde uno va madurando, puede uno tener más colorido ahora que antes."

[Gracia]: "¿Pero no habrá sido el pollo ése? [risas] La sangre del pollo. Ha habido dos cambios fundamentales, uno el papel..."

[Carulla]: "No, el papel lo sigo utilizando. El papel para mí es importante. Tengo muchos dibujos y tengo muchísima obra en papel."

[Gracia]: "Pero entonces, lo que ha habido es un cambio, ¿al acrílico es lo que usas? ¿Tela y óleo?"


[Carulla]: "Sí, en los últimos 15 o 20 años, he pintado tanto en tela como en papel. Hace 18 o 20 atrás era más papel que tela."

[Gracia]: "Y el segundo es que te has ido de algo abstracto a lo figurativo."

[Carulla]: "Más bien un figurativo expresionista. El expresionismo ha seguido en mi obra en el sentido de la expresión, por ejemplo, en esa mano del tipo ése con el ala. La mano casi tú no la ves, está insinuada. Pero tú sabes que hay una mano, eso ha seguido, esa insinuación. La pintura mía no es realista. Siempre en mi obra ha existido la desconfianza, la persona esa que no mira de frente, que mira de lado. La gente que tú ves caminando. Casi siempre tú ves los perfiles de las personas, por lo menos en el sueño y de lugares en que me he sentado, a observar a la gente en cafés en Europa, que veo pasar, veo los perfiles de ellos, no los veo de frente."

[Gracia]: "Casi todos, aun cuando están de frente, están mirando para el costado."

[Carulla]: "Y cosas barrocas. Creo que debo haber nacido en 1720. A lo mejor me hubieran pasado por la guillotina. Pero al ver las cosas barrocas así, estos cuellos, estas cosas, estos sombreros. Colecciono sombreros. Tengo como 8 o 9 sombreros. Me gusta mucho el sombrero. Es una pieza muy importante para el ser humano, lo mismo para el hombre o la mujer. En Europa todo mundo tiene un sombrero."

[Gracia]: " Pero aquí se ha perdido."


[Carulla]: "Es la industria de la peluquería. Son 370 billones de dólares al año que se gastan la mujeres en peluquería y en productos de peluquería. Billones en los Estados Unidos. Billones, no millones. Allí entra lo mismo el manicure que..."

[Gracia]: "Bueno, pero volviendo al cambio, ¿a qué se debió?"

[Carulla]: "Creo que quizá tenga que ver con la búsqueda de la libertad del ser humano, de la libertad de sí mismo, del interior de uno, de poder expresar ese tipo de cosas, que no veía en Cuba. Por ejemplo, lo que yo veía entre esa gente que estudiaba en San Alejandro era que ellos tenían que estar pintando tractores, arados, una serie de cosas. El gobierno te dictaba mas o menos lo que tú debías estar dibujando. No había libertad. Al llegar aquí, pues me encuentro que podía experimentar con lo que quisiera. Aunque no tenía dinero, tenía acceso a comprar los materiales de pintura mucho más baratos. Me sentía más libre, más identificado con mi alrededor. Ese tipo de engaño, porque ese hombre nos engañó, ese hombre podía haber sido lo más grande que ha dado la América, sin tener que estar corriendo a los americanos, haber hecho una cosa que nunca nadie había hecho. Ni Chávez éste lo va a hacer tampoco. Tener a todo mundo contento, tener la Cuba de antes, pero sin tener que sacar la gente del lugar ese de Guantánamo. Vaya. Podía haber sido una cosa fantástica, podía haber sido una cosa increíble. A mí me engañó, no era fidelista, pero pensé que cuando ese hombre bajara de la sierra y fuera hasta la Habana... Había tanta gente contenta. Aunque había gente que te dice ‘No, yo sabía que el tipo era comunista.' Habrá quien tenía esa visión. Como yo estaba en las artes, me gusta mucho el cine... Fue un engaño total. Me tenía que ir de allí. Tuve la suerte que pude salir con mi familia, mi mujer, mis hijos. Después nació otro. Tengo dos hijos, uno que nació en Cuba y otro en Miami."

[Gracia]: "¿Y saliste por Camarioca?"

[Carulla]: "Por el Camarioca. Yo le estaba explicando a tu esposa, que yo pensaba al principio era cubana. Le dije ‘¿tú te acuerdas del Camarioca?' ‘No, soy argentina.' No me di cuenta del acento, esas son distracciones mentales. ¿Pero tú la conociste aquí? Ahora yo te voy a entrevistar."

[Gracia]: "En la Universidad de Chicago. Estudiando estábamos los dos. Ahora, aparte de la pintura tuya, además de lo que hemos estado hablando... Tienes como un aspecto social también, ¿no? Hay como una crítica social, hay como una ironía."

[Carulla]: "El esteticismo del ser humano es una exquisitez. Existe una especie de surrealismo con un humor negro, ¿no? Como un comentario. Tengo una serie muy interesante que se llamaba, en inglés, ‘The Mask Series' o sea la serie de las máscaras. Porque todo el mundo se levanta por la mañana con una máscara, y va al trabajo, o enfrenta a su esposo o a su amante o lo que sea. Todo el mundo tiene una personalidad, uno tiene algo muy de uno, que nunca lo revela, nunca. Puedes estar casado 60 o 70 años, siempre hay algo. Siempre existen muchas cosas que la otra persona no sabe. Todo mundo se pone una careta para enfrentarse a distintas situaciones. En esta exposición que hice, que fue con la galería Forma, que ahora se llama Americas Collection, todos los personajes tenían máscaras. Esa parte de la ironía del ser humano, de esconderse detrás de algo. Claro, esas máscaras no son como esas que tienen colores. Pero se esconde uno detrás de una serie de cosas. En cosas tan sencillas como tú entrar en tu oficina y decir a un tipo ‘Hi, Mr. Smith. Have a nice day.' You don't give a shit de tener un nice day, eso es una formalidad... Pero a lo mejor realmente ese tipo lo que quisiera es que tú no estuvieras más de profesor ahí... que tú te regresaras a Cuba en un bote. Por eso hice una exposición en los años 83, 84 en Forma, usando esa idea, la serie de las máscaras."

[Gracia]: " Así que generalmente tienes una idea, detrás de una serie hay una idea."

[Carulla]: "Aunque yo no hago bosquejos para hacer una obra. Eso es una cosa curiosa, hay veces que lo he hecho, no siempre. Me enfrento, es un enfrentamiento solitario, con una soledad que te invade, que no la puedes compartir con nadie. Puedes estar rodeado de gente y sentirte solo. Pues esa sensación de estar frente de un papel o de una tela sin saber más o menos. Ese momento que hay veces puede ser un día, dos días, o hay veces que yo he estado 15 minutos y me ha venido. Ése es un momento muy solitario del artista."

[Gracia]: "Del autor también."

[Carulla]: "Del poeta o de un libro que tú estás haciendo, de un escritor."

[Gracia]: "Lo entiendo perfectamente. Pero ¿no haces un bosquejo?"

[Carulla]: "No, cojo un papelito y hago una idea y entonces la pongo. Puedo con un lápiz o un carboncillo trazar una serie de cosas más o menos. Pero de hacer un modelito, una maqueta de una idea así, no, yo no hago eso."

[Gracia]: "¿Y tú ves lo que vas a pintar en tu mente, o te va saliendo?"

[Carulla]: "Hay veces que me lo imagino. Otras veces va saliendo. Otras veces, cuando me lo imagino, sale más o menos como me lo imaginé. Otras veces me imagino cómo va a salir y no sale. Pero hay veces ha salido mejor de lo que me lo he imaginado, si tiene sentido eso. ¿Quieres más café? ¿Eso sale en la entrevista?"

[Gracia]: "No importa. La entrevista con Bedia fue fantástica porque tienen perro, pájaro..."

[Carulla]: "¿Todos ladraban a la vez?

[Gracia]: " No a la vez pero de cuando en cuando. Todo esto es una cosa natural."

[Carulla]: "Si tú me dices hace tres días, ‘Ramón, voy a Miami y voy a hacer estas preguntas', entonces yo me pongo..."

[Gracia]: "Claro, un desastre, no sirve."

[Carulla]: "No sé lo que voy a decir. Es mejor lo que se me ocurre en ese momento. Que si se me ocurre en ese momento y alguien lo oye de aquí a 60 años cuando ya no existimos ninguno de nosotros, ni nadie, se da cuenta que es una cosa que salió así: ‘¿Usted quiere ir al baño? Aquí está a la derecha.' [Risas]"

[Gracia]: "Y este asunto de los colores, tienes unos colores muy dramáticos. Esto del rojo y el negro de, ¿cómo se dice en castellano background? De fondo, predomina mucho."

[Carulla]: "Sí, domina. Me alegro que hayas tocado el tema ese. Yo no uso el negro puro..."

[Gracia]: "Se ve que no es puro."

[Carulla]: "Sí, poco a poco lo mezclo con rojo, con verde, poco a poco se va oscureciendo."

[Gracia]: "Y el rojo tampoco es puro, ¿no?"

[Carulla]: "Bueno, ahí hay siete rojos...."

[Gracia]: " Se ve que tiene como una textura. Tú ves como algo detrás."

[Carulla]: "Sí, sí, no es una cosa muy común de utilizar el rojo de esta manera, ¿no? Hay un cuadro, además, el que me aceptó el Tampa Museum of Art, que me llegó hace una semana la carta. Me aceptaron el cuadro para su colección. Se llama ‘Cuidado que se caen'. Y el fondo es rojo. Es un tipo sentado con un cajón, y hay una mesa a su costado y hay un barquito. Hay unos tipos que se están cayendo así [hace seña] y hay unos que se están medio cayendo. El collage siempre ha formado parte de mi obra. No en toda mi obra, pero diría que en un 75 o un 70 por ciento. Hablando del negro, pues ese color, la oscuridad el fondo oscuro, siempre lo he utilizado en muchas cosas."

[Gracia]: "Lo que es tremendamente de otros colores es la variedad... Es muy efectivo, porque la figura resalta. El rojo también, pero el negro es tremendamente efectivo."

[Carulla]: "Todo mi arte se relaciona con esa necesidad imperiosa que tengo de expresarme."

[Gracia]: "Pero al mismo tiempo no es un arte de autorretrato. Es sobre una idea, sobre algo que tiene una, digamos, lección universal."

[Carulla]: "Ahí esta."

[Gracia]: "Porque yo no te veo a ti en ninguna pintura."

[Carulla]: " ¿A mí? No, no."

[Gracia]: "No hay nada que de lo que pudiéramos decir, es él o es la familia... Pero es algo interior."

[Carulla]: "Es interior, es la búsqueda mía hacia... No sé si un tipo de ¿liberación? Ya estoy en un país libre, por supuesto, pero la liberación de mis ideas, mis inquietudes, mis complejos, porque todo ser humano tiene complejos. De prejuicios que he tenido a través de la vida. Toda una serie de cosas que tienen que ver. Pero tú no puedes decir ‘Carulla es un pintor cubano, pintor latinoamericano que nació en Cuba.' Estoy aquí desde el 65. ¿Cuántos años son? ¿Treinta y pico? Cuarenta y un años, o sea, más de la mitad de mi vida he vivido aquí en el exilio. Aunque fui a Cuba en el 80 a ver a mi padre, que hice bien porque en 81 él murió. Así que pude ver a mi padre y es como la película esa de este hombre que tiene Parkinson...'Back to the Future', es como si el tiempo no hubiera pasado, la sensación que tuve... La única cosa que había pasado era que dos matas, que me acuerdo mi padre había sembrado frente a su casa, que eran dos arbustitos chiquitos, al pasar de los años eran dos árboles. Todo estaba igualito, era como si estuviéramos cuando me fui, 1964, 1965, como si el tiempo no hubiera pasado...."

[Gracia]: "¿O tienes alguna serie con relación a Cuba? No veo nada de Cuba. Porque hay gente que tiene islas, mares, cosas de ese estilo, figuras de Cuba, pero no veo aquí nada. ¿Hay algo?"

[Carulla]: "Bueno, si me permites... Te puedo traer esto. [Trae un cuadro.] Son mis personajes en un barco, de noche con la luna afuera. Porque fíjate, cuando yo vine en el 65, salimos de Matanzas como a las 7:30 de la noche. Llegamos aquí en la madrugada. Aqui salieron estos personajes, mis personajes, dentro de un barco, porque yo vine en ese barco. Estos personajes, no sé, allí metidos en un barco. Imagínate, una persona me dijo ‘¿Estos todos son balseros?' Fastidiando digo ‘No, ningún balsero tiene sombrero, ni tiene esos cuellos barrocos, ni nada de eso.' Son personajes, los he metido en el barco. Pero intuitivamente, ha sido de noche y en algún momento aparece la luna como estaba aquella noche. O sea, subconscientemente ese viajecito me afectó. Yo tenía veinte y pico de años."

[Gracia]: "Bueno, básicamente lo de Cuba, lo tuyo, lo de tu persona está. Pero no está explícita y no están circunscritas."

[Carulla]: " El tema de mi obra es más bien, es universal. Esto es lo que más se acerca a Cuba, porque los cuadros no tienen un cuento detrás. Creo que subconscientemente tiene que ver con ese viaje de salir de mi patria, que salimos por la noche."

[Norma Gracia]: "Mira la bandera."

[Carulla]: "Sí, allí hay una banderita, ya me acuerdo."


[Gracia]: "¿Una banderita cubana? Ah, allí hay alguna cosa cubana. Y ahora que estamos diciendo de Cuba, ¿cómo te sientes tú? O sea, ¿eres cubano, cubano-americano?"

[Carulla]: "Soy muy cubano, pero sé que me voy a quedar aquí. Me gustaría visitar mi país otra vez y pasar un mes, dos o tres semanas. Pero me quedo aquí. Me encantaría en algún momento hacer un tipo de exposición allá en Cuba. Y lo más importante de todo, creo que es muy importante esto que voy a decir. Si algún día pudiera estar una obra mía, aunque no me la compren, aunque fuera donada, en el Museo de Bellas Artes de Cuba. Me encantaría, porque yo no lo puedo hacer. A mí no se me ocurriría participar y me van a vetar en la bienal de la Habana. Pero me gustaría algún día, porque creo la obra en un museo es muy importante para el artista."

[Gracia]: "¿De qué otra cosa queremos hablar? Básicamente, creo que hemos cubierto todo. Pero antes de terminar, quiero preguntarte si tú quieres decir algo sobre ti, algo especial. Hemos hablado básicamente de tu obra, lo cual es muy interesante, y de tus experiencias. ¿Pero hay algo más que quieras decir?"

[Carulla]: "Sumamente agradecido de estar en un país como éste, libre, ¿no? Y poder expresarme, y poder haber tenido la suerte de que mi familia me haya apoyado... [Emocionado] Me emociono porque se han pasado momentos malos y mucha gente de mi familia no han comprendido lo que yo he tenido que hacer. ‘Y éste, ¿qué hace? ¿Está trabajando en una compañía? ¿Ramón qué está haciendo? Es un vago. ¿Qué hace Ramón? ¿No está trabajando todavía?' Estar pintando, todo esto lleva tiempo pero he tenido la surte de poder expresarme."

[Gracia]: "La suerte, quizás, especialmente tú mujer."

[Carulla]: "Me ha podido apoyar. Mis hijos, poder expresarme y darme el lugar que... No, yo soy de los que llora en una película. Tears of endearment. Pero de verdad, sinceramente, menos mal que mi familia me ha apoyado, porque a veces pasan unos meses y no vendo un cuadro. O sea, que no tienes un cheque cada 15 días, cada mes como en un trabajo común y corriente."

[Gracia]: "Mira Ramón, pero el asunto es que ésa es la vida del artista. ¿Cuántos artistas han podido vivir del arte?"

[Carulla]: "Es muy difícil.... Yo me siento bien. Tengo mi casa pagada, tengo mi esposa. Tengo una serie de cosas que el arte me ha dado. Hay muchos artistas que venden todo lo que pintan. Yo pinto más de lo que vendo."

[Gracia]: "Pero la mayoría de los artistas están así."

[Carulla]: "Me dolería mucho que llegara una persona, tocara la puerta, entrara a esta casa y me dijera: ‘¿Usted es Ramón? ¿Ah, sí? ¿Todos esos son tus cuadros? Yo los quiero todos. ¿Dónde tienes más? ¿Allá en esa puerta?' Sería una cantidad de dinero, vaya, una cosa millonaria. Pero cuando ese hombre se fuera con todas mis cosas de aquí, fuera un mar de lagrimas, triste. Nunca saldré en ese estado que están las mujeres, pero cada cuadro que hago es como dar a luz. Es algo que salió dentro de mí y me costó mucho trabajo. Hay veces, un cuadro puede salir en una semana o en 3 o 4 horas. Como éste, que se demoró mes y medio. No sólo por el tamaño. Pero lo que te quiero decir, que uno sale más, no es fácil. Y soy muy receloso ... Pero gozo tanto de encontrarme una persona que jamás me ha visto, que ni me conoce, que nunca ha estado en mi casa. Que se enfrente a mi obra, sea en un museo, una galería, y le guste y esté dispuesto a tenerla."

[Gracia]: "Es una satisfacción muy grande."

[Carulla]: "Es una satisfacción increíble. Y esa persona te la encuentras de casualidad y te dice: ‘Carulla, ¿te acuerdas de ese cuadro que te compré en 73? Era abstracto, tengo que tener algo tuyo figurativo. Nos gusta todavía, lo tenemos. Tenemos una hija que lo quiere tener, quiere que yo se lo regale.' Y lo compró en el 73, estamos en 2006. Eso es fantástico. Nunca me he enterado de alguien que diga ‘Oiga regalé el cuadro porque estaba harto de eso, tú sabes, lo doné o lo vendí a fulano.' Han vendido a otros coleccionistas pero por más dinero. Pero es una cosa fantástica el poder expresarte, lo que tú sientes, sin tener limitaciones. Sin que nadie te presione ‘el cuadro tiene que ser así.' Por eso, no me gustan los comissions. ‘Vamos hacer un cuadro como el de fulanito' ‘Mira, esto es lo que yo tengo. ¿Te gusta? Yo te puedo enseñar cosas de la serie. Toda esa gente, algunos tienen un paraguas, pero son distintos tipos.' O te gusta o no te gusta, ésa es otra cosa. Pero eso es una cosa que uno siente y así debe ser y eso vale un millón de pesos. Y el tiempo va pasando y se acabará todo pero queda la obra."

[Gracia]: "Ahora ya vamos a terminar. Creo se nos acabó la cinta. Esto ha sido fantástico, Ramón. Muchísimas gracias."